20 de noviembre de 2009

¿ES EL "PRIMER MUNDO" O EL "MUNDO DESARROLLADO" AMABLE PARA LAS MUJERES? ¿SON LAS “MUJERES DEL PRIMER MUNDO”, “CIUDADANAS DE PRIMERA”?

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 Por: María Ysabel Cedano


Hace 30 años, en diciembre de 1979, la Asamblea de Naciones Unidas adoptó la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW son sus siglas e inglés).

En octubre del 2006, 185 Estados parte de las Naciones Unidas (cerca del 90% de sus integrantes) era Estado parte de la CEDAW.

El Reino Unido adoptó la CEDAW en el año 2006, 24 daños después que el Estado peruano lo hizo en 1982.

El Reino Unido y Peru no parecen tener mucho en común pero una cosa que comparten es la violencia de género contra las mujeres. En la cuna del feminismo europeo 1 de cada 4 mujeres sufre violencia sexual. Asimismo, comparten la desigualdad de género en la representación política a todo nivel de gobierno.

Debido a la escasa cultura de derechos humanos y por el sistema jurídico nacional del Reino Unido, que los hace focalizar sus demandas jurídicas en derechos humanos en el sistema regional europeo, el potencial que tiene el Comité CEDAW y sus mecanismos para exigir a los Estados las normas, medidas de acción afirmativa y políticas públicas, para enfrentar dichos problemas, está debilitado.

El último 11 de noviembre, para conmemorar sus 20 años de trabajo Womankind y One World Action, llevaron a cabo el Seminario taller One World Action and Womankind: International CEDAW Conferencia Agenda.

Participamos por Demus, organización feminista contraparte de Womankind para compartir la experiencia de monitoreo del CEDAW desarrollada por organizaciones feministas integrantes del CLADEM, en especial del proceso de elaboración, incidencia y difusión del reporte alternativo presentado por CLADEM-Perú al Comité CEDAW en el marco del VI examen periódico del Estado Peruano, en enero del 2007.

Entre los logros de dicho proceso, se destacó el haber obtenido Recomendaciones del Comité CEDAW al Estado peruano, que hoy cobran especial relevancia en el Perú por la coyuntura que viven las mujeres en defensa de sus derechos sexuales, derechos reproductivos y derecho a la reparación.

Por ejemplo las Recomendaciones 20 y 21 por la que el Comité CEDAW recomienda al Estado peruano adopte medidas para que las mujeres víctimas de violencia sexual (no sólo violación sexual) durante el conflicto armado puedan obtener justicia y reparación, así como, las recomendaciones del Comité CEDAW para que el Estado peruano adopte medidas para que facilite el acceso al aborto terapéutico y de inmediato cumplimiento al Dictamen del Comité de derechos humanos en el caso KL, joven peruana a la que se le denegó el ejercicio de su derecho al aborto terapéutico con consecuencias graves y permanentes para su salud integral.

Gracias a que el Consejo de Reparaciones, hizo eco de las recomendaciones del Comité CEDAW, para que amplíe su concepto de violencia sexual conforme a los estándares internacionales, 5,000 mujeres victimas de diversas formas de violencia sexual no solo de violación sexual, han logrado registrarse en el Consejo de Reparaciones. Lamentablemente por responsabilidad de la Presidencia del Consejo de Ministros, el Concejo de Reparaciones ha suspendido su labor, por lo que peligra que estas mujeres logren obtener sus acreditaciones y en concreto la reparación individual y colectiva a la que tienen derecho.

Estos logros, reacciones y retrocesos fueron analizados como fuente de inspiración para el movimiento de mujeres de Londres, con el objetivo de producir Recomendaciones de la sociedad civil local al gobierno del Reino Unido, al DFID y a las Naciones Unidas para potenciar el uso e impacto de la CEDAW en los derechos de las mujeres.

Cabe destacar que entre las Recomendaciones propuestas por la sociedad civil para las Naciones Unidas y el Comité CEDAW, está el exigirles que recojan la “Agenda por el Reconocimiento de la Diversidad Cultural, Social y Sexual de las Mujeres”, en particular de las lesbianas que por ahora a diferencia de las mujeres indígenas andinas, afrodescendientes y amazónicas, no somos llamadas por nuestro nombre LESBIANAS sino que somos nombradas como "Minority Women".

También se consideró demandas para que Naciones Unidas y DFID asignen mayores recursos para dar a conocer y entrenar a las mujeres, las y los funcionarios públicos y autoridades en el uso y cumplimiento de la CEDAW.

Las participantes concluyeron que las metas con relación y basadas a la CEDAW son metas del movimiento global de mujeres, por lo que es necesario que las mujeres diversas de todos los mundos trabajemos entrelazadas, para que la causa de una sea la causa de todas, demostrando que un mundo amable para las mujeres es posible.
 

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